2.21.2007

Voces





He pasado la noche desnuda sobre su orilla, mullida por el manto verde que la recubre, acunada por el murmullo de las aguas deslizándose en la corriente. Los pájaros me despertaron antes del amanecer, batiendo sus alas, hechizando el rocío de madrugada.

Pequeñas arañas, veloces y tenaces. Tejen afanosas, en hebras la vereda del camino, para servir en copas de cristal el alimento a la mañana.

Su agua corre cristalina, invitándome a su baño de colores, susurrándome sus caricias, siempre tan seductor. Despacio, no quiere que su temperatura me sobresalte, no quiere volver a ahogar una bocanada en mis labios.

Dejaré que su luz dibuje mis curvas doradas, sumergida, flotando, en él. Río abajo volveré a deslizarme por sus cascadas en la erupción que toca el cielo… en libertad.

2 comentarios:

Lucia dijo...

Me gusta cuando nadas en ese río infinito y eres la sirena con la voz más preciosa que puede existir..

Ya lo sabes, verdad?
Tu Maki..

liška dijo...

Cada rinconcito, cada pequeño salto, cada remanso... me gusta que tenerte ahí mi Maki.

Lametones de cachorra a cachorra... ;-)