2.19.2007
Dioses
Un tren que llega a la ciudad, la parsimonia del tiempo que no entiende a los jóvenes que corretean por sus calles, dibujando dioses en sus fachadas, fumándose titanes y gigantes, devorándose.
Las voces de una reina de la noche gritadas al olvido de cupido en un rincón de la habitación de al lado.
Este hotel huele a putas…
He llegado hasta aquí y estoy dispuesta, quieres que baile para ti. Me desnudo lentamente sobre la silla, sin perderte de vista, esperando el más mínimo gesto para comenzar…
Tu pequeña puta
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